El pueblo de Scimas se ve súbitamente atacado por una desconcertante horda de siniestros seres: Míticos hombres-bestia, humanos portando el Escudo Real, mercenarios orcos y repulsivos no-muertos. Tal variedad de enemigos y el que los supuestos defensores sean parte de ellos hacen caer rápidamente en la desesperación a las gentes.
El mal que asola Scimas lleva oculto durante siglos y en ese tiempo ha ganado adeptos entre simples personas y orcos que quieren enriquecerse y entre los más oscuros hechiceros. Estos últimos (magos nigromantes) anhelan el poder que otorga el control de la línea que existe entre la vida y la muerte, utilizando sin pudor alguno a cadáveres de personas o animales para revivir espíritus provenientes del reino de la muerte.
Además, sin saber cómo ni de dónde, surgen en el país míticos hombres-bestia llamados por la tradición "Formorianos" (Formorianos para los celtas, Utukku para los sumerios, Demonios para judios, cristianos y musulmanes, Extraterrestres para seguidores de teorías conspirativas, etc) quienes según las leyendas ya antes habían aterrado a los de Scimas hacía 500 años.
El porqué de tal diversa orquesta es una cuestión que los de Scimas y aliados de Farland deberán de aclarar para poder atajar su amenaza y acabar con ella.
Además, sin saber cómo ni de dónde, surgen en el país míticos hombres-bestia llamados por la tradición "Formorianos" (Formorianos para los celtas, Utukku para los sumerios, Demonios para judios, cristianos y musulmanes, Extraterrestres para seguidores de teorías conspirativas, etc) quienes según las leyendas ya antes habían aterrado a los de Scimas hacía 500 años.
El porqué de tal diversa orquesta es una cuestión que los de Scimas y aliados de Farland deberán de aclarar para poder atajar su amenaza y acabar con ella.
