El viaje oculto

Fusión de culturas



  Hay un hecho, supongo casual,  que me emocionó (lo confieso) al comprobar que solapaba de forma  demasiado perfecta.
  La historia del paseo anual de Dummuzi entre las puertas del amanecer y el ocaso siguiendo al Sol procede de tradiciones politeístas sumerias de varios miles de años antes de Cristo y en ella se nos relata como al llegar el otoño este dios sale del mundo de los muertos y por ello es visible (es la constelación de Orión y es visible durante las noches de invierno, en verano ya no se ve pues retorna al mundo de los muertos por la "puerta del ocaso" o puerta del poniente solar).
  Pasan los años y al instaurarse el imperio de los reyes persas las antiguas creencias se cambian por el Zoroastrismo, donde se adora a un ser superior llamado Ahura-Mazda (no lo sé pero seguro que con la delicadeza acostumbrada a la hora de imponer una religión sobre otra, aunque en la historia los presupongo como gente amable y civilizada).
  Las migraciones se continúan desde la región hasta la primitiva Europa y entre los recién llegados nos encontramos a los pueblos célticos con una curiosa tradición funeraria: Samhain
  Samhain se celebraba en otoño como inicio de la “época oscura” (los celtas separaban el año en dos mitades, época oscura y época clara) y en ella los espíritus de los fallecidos volvían para convivir unos días con sus familiares de este mundo. Al igual que en la historia de Dummuzi, las puertas que comunicaban con el más allá se abrían para dar paso a las almas e incluso, se abrían las puertas de los túmulos funerarios para que las almas circulasen fácilmente.
  Igual es casualidad, pero acostumbrado a que las casualidades son oscuras razones ocultas, me gusta pensar que la historia del esposo de Ishtar pudo viajar junto a sus gentes y reflejarse en una nueva cultura con raíces muy antiguas y lejanas.
  El resto ya lo sabemos, después llegó la Iglesia y ni Samhain, ni Dummuzi, ni ostras, aquí “Día de todos los Santos” pa´todos y el que se queje a la hoguera.
  No hay nada como el fuego para elevar las bellas costumbres a las estrellas, aunque sean convertidas en humo….