La magia de la naturaleza

La “Lengua de Natura”

  Como hemos explicado en el apartado “Dioses de Scimas”, la naturaleza es considerada  como un ser vivo (la diosa Natura) y dentro de sus manifestaciones hay una que todavía hoy se relaciona con hechos sobrenaturales o fantasmagóricos  y que es nombrada literalmente como “Lengua de Natura” en la página 265 por Alioth y Névades.
  La observación de la naturaleza enseñó a los estudiosos de Scimas que varios hechos como terremotos, riadas, volcanes, etc  provocaban la huida de animales días antes de que se manifestasen o los humanos se percataran de ello. También intuyen que muchos animales utilizan un sistema de comunicación insonoro. De algún modo Natura comunicaba con los seres vivos sin que las personas lo reconociesen. Esta es la “Lengua de Natura” propiamente dicha.
  En la caverna del portal mágico nuestros héroes se enteran de que los formorianos tienen la capacidad de comunicarse entre ellos por algún medio que es inaudible para las personas, pero que en ellas les provoca síntomas como náuseas y erección del vello. A su vez, encuentran una caja metálica cerrada con una cerradura mágica que emite un sordo zumbido e intuyen que ambos tienen que ver con una de las formas en que Natura se expresa, su lengua.
  Névades porta un instrumento mágico llamado “soplador de las Aos-si” (espíritus benignos de la mitología celta y antecesoras de las “Banshees” que cual fuego fatuo se presentaban para anunciar una próxima muerte) y que es usado para provocar estados de trance en las personas. Con este consigue imitar a los formorianos abriendo la cerradura.
  Sin saberlo, tanto los formorianos como el “soplador de las Aos-si” utilizan lo que ya hoy conocemos como infrasonidos, ondas sonoras inaudibles para los humanos y con una frecuencia inferior a los 20 Hercios. Estos son utilizados como medio de comunicación por cantidad de animales y además, se producen en fenómenos naturales como erupciones, terremotos, mar enfurecido, grandes corrientes de aire, etc. En las personas pueden producir molestias abdominales, nauseas, erección del vello, trastornos de la visión y otros. Se da el caso que lugares donde existe una fuente natural de infrasonidos sean calificados como sitios “encantados” o con presencia paranormal por la sensación de escalofrío, malestar y terror que generan en nosotros sin que le encontremos causa lógica alguna.
Los animales sin embargo, al no tener el problema de que si lo que notan o escuchan procede de vivos o muertos, simplemente se marchan del lugar porque su instinto les dice que algo no marcha bien. Así, en la página 291, Chégal nos cuenta que en la isla a la que llegan no encuentran animales y tras el encuentro con los seres que le proporcionan víveres y que desaparecen en una cueva sin salida, los animales vuelven a  parecer por doquier. Névades tenía razón, había otro portal en aquella gruta y mientras estaba abierto estaba emitiendo infrasonidos que los alejaba (esto último lo desconocía, claro).

  ¿Otro portal mágico?, ¿era Alioth el misterioso personaje que se intuye en la colina de la isla?, ¿quiénes eran los atentos seres que tan bien les sirven y acompañaban al misterioso personaje?...Bueno, eso es ya parte de otra historia.